¿Desde dónde ves el partido? – Gracias abuelo
Antes de que mi abuelo tomase la sabia decisión de ir a vivir a Málaga para disfrutar del sol, el pescadito y de la vida que tanto se ha ganado a pulso, mi hermano y yo teníamos la costumbre de pasar los viernes comiendo con el. Preparaba comida para 200, aunque solo estábamos 4, y charlábamos durante horas.